Esta es una enfermedad autoinmune, es decir, el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos por error, por lo que puede dañar muchas partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y el cerebro. En el 80% de los pacientes aparecen lesiones cutáneas características sobre el dorso de la nariz y mejillas, simulando las alas de una mariposa. Se presenta principalmente en el sexo femenino: 8 veces más que en el sexo masculino, sobre todo en mujeres jóvenes en edad fértil, la edad de presentación puede variar entre los 16 y 55 años, aunque niños y personas mayores también la pueden presentar.
Aunque la causa del lupus no se conoce con toda claridad, se conocen algunos factores influyentes en su aparición: clara susceptibilidad genética y la presencia de otros elementos ambientales como: la presencia de estrógenos (por lo que es más frecuente en mujeres), infecciones virales y bacterianas y la exposición a la luz UV.
El diagnóstico se establece con la presencia de síntomas, examen físico complementado con el estudio serológico (exámenes de laboratorio) de los pacientes: los síntomas más comunes son fatiga, fiebre, dolor articular y/o artritis, ulceras orales recurrentes (aftas orales) y caída del cabello (alopecia areata). Para su tratamiento, hay medidas farmacológicas y no farmacológicas: evitar y protegerse de la exposición solar (uso de bloqueador solar), higiene, nutrición adecuada evitando alimentos manipulados genéticamente.
Algunos consejos de prevención para los pacientes que sufren esta enfermedad:
Además, seguir las mismas reglas que se relacionan con llevar a cabo hábitos de vida saludables, buena alimentación y combinada con ejercicio físico, pero para las personas con lupus es de suma importancia hacer más hincapié en ellos.