
Los corazones de los Héroes de la Concepción descansan desde 1911 en un altar de mármol en la Catedral de Santiago, luego que fueran rescatados desde el campo de batalla en 1882, donde perdieron la vida los 77 soldados que integraban la 4ª Compañía del Batallón “Chacabuco”.
Desde esa fecha, 142 años han pasado desde dicho hito que marcó la Guerra del Pacífico y este 2024, el Ejército de Chile decidió realizar el recambio de los líquidos de preservación en los que se conservan estos corazones, siendo el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital Militar de Santiago (HMS), el encargado de llevar a cabo esta histórica labor.
El orgullo que representa participar en este hecho histórico lo explica el Teniente Coronel, Carlos Parra Sereño, Director Militar del HMS, al señalar que “cada 50 años se realiza este procedimiento médico y para nosotros, como chilenos, es sumamente importante continuar con esta tradición que nos permite, cada año, renovar el compromiso que tenemos con todos los chilenos”, asegura
A su vez, la doctora Paulina Ibáñez Alcántara, Jefa del Servicio de Anatomía Patológica del HMS, explica el rol que le correspondió cumplir en una primera instancia: “Fui testigo ocular y de fe de la apertura de la urna que contenía los corazones de los Héroes de la Concepción… Estaban cada uno en un recipiente, con identificación y en buen estado visualmente. Había uno de ellos, nada más, con disminución del líquido de conservación”, comenta.
Una vez comprobado el estado de los corazones del Capitán Ignacio Carrera Pinto y los Subtenientes Julio Montt Salamanca, Arturo Pérez Canto y Luis Cruz Martínez, estos fueron trasladados a la Cripta de los Arzobispos en la misma Catedral de Santiago, con el objetivo de reparar parte de la urna de mármol que los contiene y preparar todo para el trabajo de preservación.
“Al evaluar la condición de los corazones y los recipientes que los contenían, decidí que era necesario mantener los mismos frascos, por lo tanto, iba a necesitar apoyo de más personal para la apertura y limpieza de estos”, afirma la doctora Ibáñez sobre el trabajo que realizó junto a parte de su equipo del HMS, la Tecnóloga Médica Lazy Farías Farías y el Tens José Ponce Orellana.
Ya en una segunda etapa, los corazones fueron trasladados a la Sacristía del templo religioso, lugar que proporcionaba las condiciones necesarias para realizar los trabajos de conservación: buena ventilación y un sector para limpiar por si ocurría algún derrame de líquidos. Con todo a disposición, el equipo de Anatomía Patológica del HMS comenzó a trabajar.
“La intención era ir uno por uno, extrayendo el corazón del recipiente donde se encontraba, eliminando el líquido conservador antiguo y limpiando el órgano con nueva formalina, para luego volver a colocarlo y sellarlo para que quedara hermético”, explica la especialista. En total el procedimiento duró alrededor de una hora y media, donde los inconvenientes que se presentaron fueron al inicio al intentar conservar las etiquetas que identificaban a cada corazón y al abrir cada uno de los frascos sin dañar el recipiente ni el contenido.
“Para mí como chilena fue un gran honor participar de este proceso y como médico del HMS fue un privilegio poder aportar desde lo técnico y haber realizado el procedimiento dentro de la mejores normas y protocolos posibles”, enfatizó la doctora Ibáñez.
Finalizada esta etapa, los 4 corazones de los Héroes de la Concepción volvieron a la cripta de los arzobispos hasta que el 8 de julio se realizó la Vigilia de Armas en la Catedral de Santiago y en una solemne ceremonia presidida por el Comandante en Jefe del Ejército, General de Ejército Javier Iturriaga del Campo, General de Ejército, regresaron al mausoleo.
Este simbólico acto, anticipó al Juramento a la Bandera que, cada 9 de julio, se realiza en diversas unidades y reparticiones del Ejército de Chile para enaltecer a los 77 soldados de la 4ª Compañía del Batallón “Chacabuco”, que perdieron la vida en el Combate de la Concepción y que con su ejemplo de honor y valentía siguen inspirando a las futuras generaciones.
Para el Hospital Militar de Santiago fue todo un honor el poder continuar preservando parte del patrimonio de nuestra historia y contribuir a una de las misiones permanentes del Ejército de Chile: mantener el legado del pasado de Chile.
Una significativa ceremonia militar se llevó a cabo en el Patio de Formación del Hospital Militar de Santiago (HMS), para entregar el “Premio Comandante en Jefe del Ejército”, reconocimiento destinado a destacar el desempeño profesional del personal que ha obtenido un sobresaliente desempeño, al interior de la Institución.
La actividad fue presidida por el General de Brigada Alejandro Ciuffardi Kluck Comandante de la División de Salud y el General de Brigada Francisco Silva Terán, Director del HMS, quienes fueron acompañados por otras autoridades militares y familiares del personal galardonado.
La Enfermera Universitaria María Paz Masafierro González, Jefa del Departamento de Enfermería del HMS, el Suboficial Santiago Contreras Arriagada, enfermero militar de combate y plana mayor de la Subdirección General del HMS y el Mayor Héctor Velásquez Leiva, Jefe del Depto. de Finanzas de la División de Salud, fueron los premiados en esta oportunidad, tras un exhaustivo proceso de evaluación que se realiza todos los años, al interior del Ejército.
Junto con felicitar al personal distinguido, el General Ciuffardi destacó el trabajo, dedicación y eficiencia que cada uno ellos ha tenido en su carrera, “ya este premio, no es el reconocimiento de un año, sino una construcción diaria, desde que se ingresa al Ejército”. Agregó además que, como Comandante de la DIVSAL, con 5.428 integrantes, se siente muy orgulloso de trabajar con estos tres profesionales. “A través de ustedes, nos destacamos todos como organización” finalizó.
Finalmente, la EU Masafierro señaló estar muy agradecida con el mando por este reconocimiento, “que ha sido posible gracias al trabajo diario de un gran equipo de personas que conforman el Depto. de Enfermería, del cual me siento muy orgullosa de liderar… y a mis hijos, quienes de una u otra forma me han acompañado en mi vida laboral… gracias”. Por su parte, el Suboficial Santiago Contreras, con 31 años de servicio en el Ejército, señaló estar muy contento y agradecido por este reconocimiento, destacando el rol de colegas, superiores y subalternos “ya que todos ellos colaboran con los logros que uno tiene”.